lunes, 16 de diciembre de 2013

PIONERA

[Pioneros son los que, por primera vez, se arriesgan a hacer algo: a escalar una montaña, cruzar un océano o a enfrentarse a internet y la literatura con más de ochenta años. En nuestra casa, La Rosaleda, tenemos el honor de contar con una de estas intrépidas. Sin nada más que añadir, os dejamos con el ensayo "Pionera", por Carmina]




         Por las mañanas, después del desayuno, me apetece salir al porche; me apetece disfrutar de la naturaleza; observar como va el día. Me gusta ir disfrutando poco a poco de esa sensación que, al sentirla, me hace feliz aunque no sea capaz de explicarla. Algunas de las cosas que veo son los pajaritos revoloteando delante de los árboles hasta que descubren la que es su pareja, llenos de amor. Es bonito observar todo lo que te ofrece el campo, a veces contemplamos como las mariposas vuelan en parejas, y así, pareja a pareja, se formó el mundo. Y aquí estamos, para hacer las cosas lo mejor posible.



Otra cosa que observo es que no damos importancia a la lectura: si coges un libro, te vas debajo de un árbol y te centras en la lectura, descubrirás que es lo más gratificante que pudieras hacer. Es algo que Dios nos ha puesto en las manos para poder disfrutar.



         Hay algo que no sabemos, o no queremos hacer; y es llevarnos bien. Estamos en la residencia para aprender a convivir los unos con los otros, pero es difícil, cada uno tiene una forma de pensar, pero, si queremos… ¡apenderemos! ¡Lo haremos! Tenemos que saber soportarnos unos a otros para ser felices, ¡nos lo tenemos que proponer! Así viviremos pasando los días con más alegría y dando gracias a Dios. Este es un tema con el que se pueden llenar varias páginas, pero no puedo seguir escribiendo: me duele la mano derecha y ya no puedo seguir haciéndolo. Lo dejaremos para otro momento. Creo que podré seguir más adelante haciéndolo algo mejor.



         Pido perdón a los que puedan leer esto por los errores cometidos pero, si os digo la verdad, escribir es algo que me encanta. Cuando tengo el bolígrafo en la mano parece que me invite a escribir, pero por ahora voy a descansar y dejarlo para cuando esté mejor. Aún así ¡no me rindo! Es algo que me gusta hacer y no lo pienso dejar. Bueno… no quiero cansaros más con mi pequeña historia, cuando esté bien del todo, seguiré escribiendo algo que sea más distraído. Me despido con un abrazo para todo el que quiera leer. ¡Hasta pronto!

Carmina (84 años)